DFIH - Tesis de Doctorado en Filosofía de la Educación
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Examinando DFIH - Tesis de Doctorado en Filosofía de la Educación por tema "Antropología Filosófica"
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Ítem Antropoética de la confianza(ITESO, 2005-02) Arias-Castañeda, EduardoEsta investigación se fue configurando a partir de agosto de 2000 mediante la recuperación de mi experiencia profesional y comunitaria. El recorrido abrió la posibilidad de realizar una reflexión antropológica y ética donde se fueron integrando y enriqueciendo temáticas que anteriormente venía trabajando en torno a la educación, tales como los valores, los deberes, el juicio moral y los actos morales, entre otros. Esto dio lugar a redimensionar el alcance de mi práctica profesional más allá del ámbito institucional, sin que por ello dejara de ser una actividad educativa. La recuperación de la experiencia me permitió distinguir un conjunto de tres factores básicos de mi desarrollo personal: convivencia, criticidad y coherencia que se entrelazan y se organizan a partir de un cuarto factor, el de la confianza. Esto dio pauta para comparar otras experiencias y descubrir que el tema de la confianza se perfilaba como un sentimiento indispensable de la experiencia humana. El tema de la confianza fue explorado en el seminario de antropología del programa doctoral. Entre los elementos sobresalientes de este trabajo están que: a) La confianza es aquello que inicialmente nos es dado por otros seres humanos. b) La confianza no se reduce a un mero hecho pasado sino que sigue siendo actual, lo que permite el estudio de la confianza desde el presente sin tener rigurosamente que recurrir a su origen. c) La confianza se ubica en el campo de la libertad para confiar o no respecto a situaciones concretas. El supuesto básico de este trabajo consistió en aceptar que la confianza es un aprendizaje para toda la vida. La confianza se visualiza como algo que es posible intencionar de manera que nos ayude a saber que aquello que hacemos y producimos avanza por un camino de verdad y de esperanza. Al dejarnos cuestionar a fondo sobre aspectos tan reveladores como a quién y cómo nos estamos confiando, damos lugar a procesos y resultados formativos capaces de romper con una lógica de relación deshumanizante. La reflexión filosófica es tan sólo el inicio de una actividad que va en contra de parecernos más a nosotros mismos, como señala Rubert de Ventós; o mejor dicho, iniciamos un camino de cuestionamiento del papel social que se nos ha dado y que nosotros llegamos a asumir sin más. Por último, este trabajo no es tan sólo para ser leído; la riqueza que puede proporcionar está en el trabajo personal del lector para referirlo a su propia experiencia. El beneficio que podemos prever es allegarnos elementos que hagan posible una convivencia más humana.Ítem El agonismo entre las relaciones de poder y la intransitividad de la libertad: fundamentos y contenidos de una pedagogía del poder en las relaciones interpersonales(ITESO, 2014-04) González-FrancoDeLaPeza, RafaelLa reflexión de la que este trabajo da cuenta nos lleva a dilucidar que los seres humanos estamos inmersos en relaciones de poder sin que éstas tengan que ser siempre relaciones de dominación, dado que nos relacionamos en y desde nuestro propio poder, en vínculos dinamizados por el poder, sin que esto devenga necesariamente imposición unilateral; que antes que estar impelidos a dominarnos unos a otros, lo humano es primeramente cooperación; desde ahí esclarecer por qué y cómo las relaciones de poder devienen dominación. Para ello es menester aclararnos qué es el poder y específicamente qué son las relaciones de poder en el plano interpersonal y cuándo pasan a ser relaciones de dominación. Solamente así será posible una pedagogía del poder. Se trata de una reformulación radical del poder para hacerse cargo de él de una manera distinta a la que nos hemos acostumbrado por no comprenderlo y no saber cómo vivirlo; una reformulación radical que nos permita asumir con una disposición diferente el agonismo entre las relaciones de poder y la intransigencia de la libertad. Este trabajo fue motivado por una reflexión sobre la propia práctica profesional que ha tenido como común denominador la dificultad, en mí y en los demás, para entender qué es el poder y cómo opera, viviendo sus consecuencias como realidades que arrastran, sin comprender cómo y por qué, y sin contar con los recursos conceptuales para decidir qué hacer con eso. Reflexión que fue fecundada por la revisión y análisis de diversos autores que hablan sobre el poder y sus relaciones; pero sobre todo por la antropología filosófica de Xavier Zubiri, que me ha brindado la perspectiva filosófica desde la cual abordar la cuestión del poder y las relaciones de poder.Ítem La comunicación social como oficio: análisis crítico a partir de la concepción de Xavier Zubiri(ITESO, 2013-06) Zamora-Puente, María Y.Vivimos en una época en la que los medios de comunicación social juegan un papel preponderante, ya no sólo como medios simplemente, sino como protagonistas mismos de una realidad social con todas las implicaciones que ello supone y constatamos cotidianamente en todos los campos de la vida. Sólo así se explican, por ejemplo, paradojas del poder en las que los medios de comunicación, lejos de abrir oportunidades para todos con su información son herramientas de poder y participan como aliados y difusores de intereses específicos del neoliberalismo extremo. La expresión “el cuarto poder”, referido a los medios de comunicación en el mundo, no es una fantasía, sino una realidad aplastante, que participa eficientemente en favor de los intereses de grupos específicos de poder, cuando podrían ser justamente los medios los que trabajaran por la conciencia como respuesta liberadora contra un sistema que privilegia el poder y el dinero. La conciencia de ser persona, individual, libre, con una voluntad que permita elegir y autodefinirse, es la manera de sustraerse al fenómeno de la aglutinación y el desvanecimiento de las notas básicas constitutivas del hombre, en aras de una sociedad uniformizada, fundada en la mercadotecnia. ¿Qué papel juegan los medios de comunicación en estos momentos en el mundo? Sin duda, y lo subrayo, un papel determinante. Aunque sabemos de sobra que la información ha sido siempre una forma de poder, en todos los campos y no sólo en el periodismo, vale la pena subrayar que el auge mediático en el mundo adquiere en estas dos primeras décadas del siglo XXI proporciones nunca antes vistas. Es indudable que los medios son una forma de poder, pero es innegable también que el pueblo decide qué toma y qué desecha, y lo hace a través de la palabra, de los encuentros sociales en plazas y mercados, de la acción derivada de esta palabra en la dimensión social. en la actualidad, en el ámbito mediático, si bien la tecnología de los mass-media ha alcanzado niveles insospechados de desarrollo y, en consecuencia, grados antes inconcebibles de penetración, uniformización y masificación, también estamos siendo testigos del nacimiento de una tecnología de punta (los sistemas cibernéticos, computacionales, la red...) que está provocando ya un nuevo giro en las comunicaciones sociales, alarmante desde una perspectiva, pero al mismo tiempo, alentador desde otra, en cuanto significa la apertura de posibilidades para cualquier individuo hacia el campo de la comunicación libre, independiente de corporaciones, individual, hacia el mundo entero, con todos los matices que ello posee. Estamos hablando del fenómeno de las redes y la “autocomunicación de masas” que incrementa la autonomía de los comunicadores, lo cual, en un momento dado, puede ser motivo de que nuevos valores e intereses se expresen en el campo de la comunicación humana. Precisamente el fenómeno de las redes sociales evidencia el nuevo enfoque de los medios en tanto que mediaciones. No es la red “por sí misma” la que posee posibilidades enormes de comunicación, es, desde la cultura, la palabra que va y viene, convertida en pregunta, en encuentro con la alteridad, y construyendo así sentido entre todos los que de ella participan. Ante este panorama tecnológico de la comunicación social y ante la posibilidad de comunicación individual, espontánea de millones de seres que se sientan frente a un ordenador, ¿cuál es el sentido de una profesión como la del comunicador?, ¿en qué se diferencia el comunicador profesional del comunicador empírico que puede comunicar “todo lo que se le ocurra” en un momento dado a través de la red? Y sobre todo, ¿qué sentido tiene el oficio de la comunicación social, del periodismo específicamente, en esta circunstancia que vivimos, en esta segunda década del siglo XXI? Las preguntas que intento responder tienen que ver pues con la fundamentación primera de la comunicación humana: ¿Qué es comunicar?, ¿por qué el hombre se comunica?, ¿con qué objetivos?, ¿cómo nace un oficio? ¿qué significa poder, desde la antropología?, ¿qué es la libertad? ¿en qué momento se cuece la ética de la comunicación? ¿cómo podríamos atisbar a partir de estos terrenos antropológicos hacia la ética del comunicador? La pregunta por el fundamento de una ética para los medios de comunicación, y para el habitante del siglo XXI en general, nos conduce pues a los terrenos de la antropología en busca del sentido primero del privilegio de comunicar.