La realidad del poder

Abstract

Los discursos sobre el poder en nuestro tiempo se han multiplicado. El rompimiento de la estructura de comprensión del poder desde el Estado y los aparatos de las sociedades ha impulsado diversos acercamientos en búsqueda de vincular el poder con la vida real y concreta de las personas en el mundo. Hay una convicción generalizada de que dar con una comprensión verdadera del poder en la vida humana nos permitirá ubicar las posibilidades de realización y de libertad para la humanidad. Así, las reflexiones sobre el poder se hacen complejas abarcando dominios antropológicos, éticos, sociológicos y de comprensión de la historia.

La filosofía de Xavier Zubiri ha puesto al poder como una de sus categorías centrales. El “poder de lo real” se propone como fundamento dado en la misma intelección, fundamento activo que va dando las posibilidades de lo que puede ser, en su radicalidad, la realidad. La realidad, que va dando de sí en la intelección, da de sí su propio poder de realización para quien siente como mundo y fundamento de su propia realidad. Es en ese dinamismo posibilitante del poder de lo real que se va dando, por estructuración, la realidad de la persona, aconteciendo en el mundo en sus dimensiones individual, social e histórica. Así, en el acontecer de la persona como cobrando realidad desde sí misma, en el poder de lo real, se va desplegando la realidad humana como realidad personal, social e histórica. Comprender el poder habrá de resultar de la comprensión de lo que da a la realidad humana, posibilidades radicales de realización en estas dimensiones.

En este trabajo se propone este recorrido comprensivo. Partiendo de la manera en que el poder de lo real se está dando en la misma intelección, se intelige el mismo poder como condición posibilitante de la misma intelección. Así, el despliegue de la intelección permite comprender el poder en cuanto funda la misma intelección como realidad en el mundo. El poder se manifiesta en la intelección, y se manifiesta dando realidad a la intelección. Es, en ella, fundamento. Y se manifiesta en ella transfigurando lo real como condición posibilitante de la misma intelección que se realiza. En las cosas, que manifiestan en su propia realidad el poder de lo real como dando en ellas realidad a lo realizable de la intelección, se va manifestando la verdad de la intelección: del dinamismo personal, social e histórico que se realiza en las cosas, como realización del poder de lo real.

Puesto este punto de partida, la reflexión se mueve en esa manifestación. Va buscando verdad y confrontando ideas que han intentado comprender en sus propuestas la realidad del poder. En esa búsqueda propone y siente la adecuación o inadecuación de las ideas. Va intentando dejarse llevar por lo que el poder de lo real va manifestando en su realización histórica, para establecer ahí las posibilidades de la realización humana. Comprender estas posibilidades es también abrir ventanas en el horizonte de lo realizable, para quienes en la humanidad van pudiendo vivir, arrancando a la realidad posibilidades para poder más.